Un nuevo estudio revela cómo la iluminación artificial exterior por la noche se vincula con el sueño y los trastornos mentales de los adolescentes. Investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés) encontraron que los adolescentes que viven en áreas que tienen altos niveles de luz artificial por la noche tienden a dormir menos y tienen más probabilidades de tener un trastorno del estado de ánimo en comparación con los adolescentes que viven en áreas con poca luz artificial. Niveles de luz nocturna.

La investigación, titulada "Asociación de la luz artificial al aire libre por la noche con los trastornos mentales y los patrones de sueño entre los adolescentes estadounidenses", se basó en una encuesta en los EE. UU. a más de 10 mil adolescentes de 13 a 18 años. Al medir su exposición a la luz exterior y analizar sus patrones de sueño y niveles de humor, el hallazgo mostró que la luz artificial cerca del hogar estaba asociada con el sueño y los problemas mentales de las personas jóvenes.

"Estos hallazgos ilustran la importancia de la consideración conjunta de las exposiciones tanto a nivel ambiental como a nivel individual en la investigación sobre la salud mental y el sueño", dijo la autora del estudio, Diana Paksarian, Ph.D., becaria de investigación postdoctoral en el NIMH.

Se cree que los ritmos diarios, incluidos los ritmos circadianos que impulsan nuestros ciclos de sueño y vigilia, son factores importantes que contribuyen a la salud física y mental. La presencia de luz artificial en la noche puede alterar estos ritmos, alterando el ciclo de luz y oscuridad que influye en los procesos hormonales, celulares y otros procesos biológicos.

Para medir la exposición de los adolescentes a la luz artificial exterior durante la noche, los investigadores utilizaron datos de imágenes satelitales para calcular los niveles promedio de luz artificial para cada grupo de bloques censales en los EE. UU. Como se esperaba, los niveles de luz artificial durante la noche variaron según el nivel del vecindario. factores como la urbanidad, los niveles socioeconómicos y la densidad de población.

Los datos mostraron que mayores niveles de luz artificial durante la noche también se asociaron con una mayor probabilidad de tener un trastorno del estado de ánimo o un trastorno de ansiedad. Específicamente, los adolescentes que vivían en áreas con niveles más altos de luz artificial durante la noche tenían más probabilidades de cumplir con los criterios de diagnóstico de trastorno bipolar o fobia específica.

Según Paksarian y sus coautores, esta asociación es notable porque las alteraciones del sueño y los ritmos circadianos son una característica bien documentada de ciertos trastornos mentales, incluido el trastorno bipolar. Los hallazgos del estudio apuntan a la interrupción del sueño como un posible vínculo entre la exposición a la luz nocturna artificial y los resultados de salud mental, un vínculo que debe probarse en futuras investigaciones prospectivas.